La Iglesia es una comunión del pueblo santo de Dios. Cuando decimos esto, expresamos nuestra creencia de que estamos todos unidos, o en comunión, con Cristo y todos los miembros de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Todos somos parte de la Comunión de los Santos. La Comunión de los Santos incluye a todos los fieles miembros de la Iglesia en la Tierra y a aquellos que han muerto. Comprende a los Santos que viven con Dios en el Cielo y a los fieles del Purgatorio, que se están preparando para recibir el don de la vida eterna en el Cielo.

La Iglesia declara oficialmente que alguien es Santo mediante un proceso llamado canonización. Hay varios pasos para reconocer que un individuo es Santo. La vida y la virtud de la persona son examinadas cuidadosamente durante muchos años por la Congregación para las Causas de los Santos.

Primero se nombra a alguien virtuoso como Siervo de Dios, luego Venerable, después Beato y, por último, en algunos casos, es canonizado por el Papa como Santo. Cada paso requiere investigación y evidencias.

Aunque conocemos el nombre y la historia de la vida de muchos Santos, y celebramos un día especial en su honor, hay muchos otros que están en el Cielo y los conoce solo Dios. La Iglesia enseña que todo el que está en el Cielo es un Santo. En la Solemnidad de Todos los Santos honramos a todos los Santos del Cielo, a los que conocemos y a los que no conocemos.

Celebramos la Solemnidad de Todos los Santos el 1 de noviembre. Este día especial es un día de precepto en el cual honramos a los Santos como fuente de esperanza y renovación para todos los miembros de la Iglesia. Ellos nos inspiran para que pongamos a Dios en primer lugar en nuestra vida y para vivir como Jesús enseñó. El Día de Todos los Santos es un momento para agradecer a Dios por darnos tantos ejemplos de cómo se vive nuestra fe. Recordamos que los Santos rezan por nosotros y que nosotros les rezamos para pedirles que nos muestren el camino a la santidad.

¿De qué maneras son los Santos una fuente de esperanza para la Iglesia?

Palabra de Dios

Este es el Evangelio para la Solemnidad de Todos los Santos. Léelo y comenta la lectura con tu familia.

Evangelio
Mateo 5,1–12a

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