Aunque algunas cosas que ves y oyes en la Misa son siempre las mismas, hay otras que cambian. Las lecturas cambian, como también los colores de los estandartes y las vestiduras. Todos estos cambios nos ayudan a saber qué parte del año litúrgico estamos celebrando. Cada año es un año de gracia porque celebramos la presencia salvadora de Cristo en el mundo.

Adviento
Comenzamos el año litúrgico anticipando el nacimiento de Jesucristo durante el tiempo de Adviento. Esta es una época para prepararnos a través de la oración y el sacrificio. De esta manera, guardamos un lugar en nuestro corazón para el nacimiento del Señor.

Navidad
Celebramos la encarnación de Jesucristo al nacer de la Virgen María. Durante el tiempo de Navidad, también celebramos la Solemnidad de María, Madre de Dios, la Epifanía y el Bautismo del Señor.

Cuaresma
Durante los cuarenta días de Cuaresma, rezamos y hacemos sacrificios personales para llevar nuestro corazón más completamente a Dios. Nos preparamos para la mayor celebración del año litúrgico: la Resurrección del Señor.

Triduo Pascual
El Triduo Pascual está en el centro de nuestro año de culto. El Triduo Pascual, que comienza la tarde del Jueves Santo y termina la tarde del Domingo de Pascua, es nuestra celebración solemne de tres días del Misterio Pascual.

Pascua
Durante cada uno de los cincuenta días de Pascua, celebramos nuestra nueva vida en Cristo Resucitado. En la Vigilia Pascual, encendemos el Cirio Pascual en medio de la oscuridad para que nos recuerde que Jesús es la Luz del mundo. Nuestra celebración continúa hasta Pentecostés.

Tiempo Ordinario
El resto del año litúrgico se llama Tiempo Ordinario. Celebramos muchos acontecimientos de la vida y el ministerio de Jesús. También celebramos importantes fiestas y solemnidades en honor a Jesús, a María y a los Santos.

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