Patrona de Nicaragua
Muy cerca de la costa del Pacífico, se encuentra enclavado el pequeño poblado de "El Viejo", agrupado en torno a una misión franciscana de los primeros tiempos coloniales. En este pueblo del extremo occidental de Nicaragua se encuentra el Santuario de Nuestra Señora bajo el título de la Inmaculada Concepción de El Viejo. Aunque no hay total evidencia histórica de ello, la imagen que allí se venera desde el siglo XVI, se dice fue traída a América por un familiar de Santa Teresa de Ávila, de apellido "Cepeda". Algunos incluso han llegado a afirmar que este era el propio hermano de la santa, Rodrigo de Cepeda y Ahumada, pero esto no ha sido probado.
Cuenta la tradición que Santa Teresa de Jesús regaló esta imagen a su pariente, quien la llevaba siempre consigo a todas partes. Con ella llegó a Centroamérica, desembarcando por el puerto de Realejo, entonces el puerto más importante de Nicaragua. Al poco tiempo se trasladó a la misión franciscana en busca de un clima más sano. Una habitación de su casa se convirtió en oratorio donde los vecinos del lugar acudían atraídos por la hermosa expresión del rostro de la Virgen Inmaculada. Cuando Cepeda recibió órdenes de trasladarse al Perú, trató de llevar consigo la imagen de la Inmaculada, pero la partida se aplazaba una y otra vez debido a la inclemencia del tiempo, él vio en esto un signo de que era voluntad de Dios el que renunciara a su tan querida imagen, para dejarla entre aquellas gentes que tan rápidamente habían aprendido a quererla como cosa suya. La Virgen se quedó en Nicaragua para siempre.
La imagen de Nuestra Señora de El Viejo es una hermosa talla de la Inmaculada labrada en madera. Mide aproximadamente unas 33 pulgadas y está adornada por hermosas vestiduras que le son cambiadas con mucha frecuencia. La mirada de su dulce y hermoso rostro de color moreno, se dirige modestamente hacia el suelo. Las manos se unen sobre el pecho como si intercediera por su pueblo. La talla, que se guarda en un tabernáculo de plata que la protege, suele estar velada por una cortina que se descorre cuando los fieles acuden a venerarla. Un detalle singular es que el santuario posee una valiosa colección de objetos de plata de diversa índole, regalados por diversos favores recibidos. Cada 6 de diciembre estos objetos son sacados a la plaza pública donde el pueblo acude para limpiar y pulir toda la plata; cosa que se repite año tras año sin que se pierda ni una sola de estas valiosas piezas del tesoro de la Virgen. Esta ceremonia popular se conoce como la "Lavada de la Plata".
Para los nicaragüenses la devoción por la Inmaculada Concepción es algo muy querido y de honda raíz popular. La tradicional imagen de la inmaculada está siempre presente en todos los hogares y templos católicos. La fiesta del 8 de diciembre es todo un acontecimiento nacional. La víspera tiene lugar la famosa "Gritería". En todas las casas, las familias levantan vistosos altares, que habitualmente pueden ser apreciados desde el exterior. Los vecinos se asoman a las puertas gritando: ¿Quién causa tanta alegría?, a lo que se responde: ¡La Concepción de María! Los visitantes son agasajados con dulces y comidas típicas. Es ocasión de grandes festejos, con música, cantos y bailes en toda la nación, que espera así la llegada del día de su patrona. La Conferencia Episcopal Nicaragüense decretó el 13 de mayo del 2001 que la representación oficial del patronato de la Inmaculada Concepción sobre Nicaragua es la imagen de la Purísima que tiene su trono en el Santuario Nacional Mariano que está en la ciudad de El Viejo-Chinandega.
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