Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

Patrona de Cuba


Allá por el 1600 dos indios naturales, Rodrigo y Juan de Hoyos junto con el niño negro de diez años, Juan Moreno, esclavo criollo, salieron a buscar la sal que necesitaban par a su trabajo: conservar la carne de vaca del matadero de Barajagua que abastecía a los trabajadores y habitantes de "Santiago del Prado", hoy llamado el "Cobre". Ese día los navegantes sólo pudieron llegar hasta la mitad de la bahía de Nipe, a Cayo Francés, donde acamparon para escapar de la furia de la tormenta que fácilmente hubiera hecho pedazos su frágil canoa.

Con el amanecer llegó la calma y los tres se lanzaron a un mar transparente que reflejaba el azul del cielo cubano. De lo lejos vieron venir un blanco bulto que flotaba sobre las olas y se les acercaba lentamente. Al principio lo tomaron por un ave marina, luego les pareció una niña, hasta que pudieron comprobar que se trataba de una imagen de la Virgen María con el niño en el brazo derecho y una cruz de oro en la mano izquierda. La pequeña tabla que sostenía la imagen decía en letras de buen tamaño "Yo soy la Virgen de la Caridad", y según consta por juramento ante testigos, a pesar de la reciente tormenta y del natural movimiento de las olas, ni la imagen de la Virgen, ni sus ropajes estaban mojados. Así lo afirmó en el año 1687 el último testigo presencial, el Capitán Juan Moreno.

El rostro de la imagen es de barro cocido, recubierto de una pulida capa de fino polvo blanco, posiblemente pasta de arroz, y su tez ha sido pintada de color moreno; es interesante notar que su color original tendía más a rojizo indio, pero en la última restauración se prefirió conservar su tez de color mestizo moreno al que sus fieles están acostumbrados. La profunda renovación de la imagen realizada hace pocos años sacó a la luz los finos rasgos que innumerables capas de pintura habían desfigurado. Una nariz bien formada y un rostro de hermosas proporciones con grandes y amorosos ojos, comunican una dulce nobleza e invitan a la confianza y a la oración. La Virgen de la Caridad del Cobre mide aproximadamente unas 16 pulgadas. La imagen se apoya en una brillante media luna, cuyas puntas inclinadas hacia abajo, enmarcan la nube de plata en la que se asoman dos querubines de alas doradas.

El Niño que la imagen nos muestra a su izquierda, levanta una de las manos en actitud de bendición, y en la otra sostiene un globo terráqueo de oro rematado en pedrería. Arropa la imagen un pesado manto, que le confiere una forma triangular típica. Sus vestiduras originales eran blancas, sin embargo la imagen posee trajes color de oro o de plata, regalo de sus hijos agradecidos. Por ser Ntra. Sra. de la Caridad un símbolo importantísimo de la nacionalidad cubana, las estatuas populares acostumbran a representarla vestida con túnica blanca, manto azul y con el niño vestido de rojo, colores de la bandera cubana. El traje que viste en la actualidad, copia de otro antiguo, es de grueso lamé bordado en hilos de oro; en su falda ostenta el escudo nacional de le República Cubana.

El pueblo sencillo quiere ver la imagen de su "Cachita" con la barca a los pies y en ella los "tres juanes" que la hallaron flotando sobre las aguas, lo que no aparece en las más antiguas reproducciones que copian a la original. A petición de los veteranos de la guerra de Independencia fue declarada patrona de Cuba por el Papa Benedicto XV en 1916. Fue coronada solemnemente en el Congreso Eucarístico de Santiago de Cuba de 1936, en tiempos de Pío XI. Pablo VI elevó su Santuario a la categoría de Basílica en 1977. La imagen fue nuevamente coronada, con toda solemnidad, por al Papa Juan Pablo II durante su visita a la Isla de Cuba, en una multitudinaria celebración eucarística celebrada en la Plaza Antonio Maceo, el 24 de enero de 1998 y allí proclamada como Reina y Señora del Pueblo Cubano.

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