Nos unimos a Jesús y al Espíritu Santo para agradecer y alabar a Dios Padre.
La preparación del altar y de las ofrendas Nos sentamos mientras se prepara la mesa del altar y se recibe la colecta. Compartimos nuestras bendiciones con la comunidad de la Iglesia y en especial con los necesitados. El cantor puede guiarnos en un canto. Se llevan al altar los dones del pan y el vino. El sacerdote alza el pan y bendice a Dios por todos nuestros dones. “Bendito seas, Señor Dios del universo…”. Respondemos: Bendito seas por siempre, Señor. El sacerdote alza la copa y reza: “Bendito seas, Señor Dios del universo…”. Respondemos: Bendito seas por siempre, Señor. El sacerdote nos invita: “Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso”. Nos ponemos de pie y respondemos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. La Oración sobre las Ofrendas El sacerdote nos guía para rezar la Oración sobre las Ofrendas. Respondemos: Amén. Diálogo del Prefacio El sacerdote nos invita a unirnos para rezar la importante oración de la Iglesia de alabanza y acción de gracias a Dios Padre. Sacerdote: “El Señor esté con ustedes”. Asamblea: “Y con tu espíritu". Sacerdote: “Levantemos el corazón”. Asamblea: “Lo tenemos levantado hacia el Señor”. Sacerdote: “Demos gracias al Señor, nuestro Dios”. Asamblea: “Es justo y necesario”. Prefacio y Santo Después de que el sacerdote canta o reza en voz alta el prefacio, proclamamos: Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. La Plegaria Eucarística El sacerdote guía a la asamblea para rezar la Plegaria Eucarística. Rogamos al Espíritu Santo para que santifique nuestros dones de pan y vino y los convierta en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Recordamos lo que sucedió en la Última Cena. El pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Jesús está verdadera y realmente presente bajo la apariencia del pan y el vino. El sacerdote canta o reza en voz alta el “Misterio de la fe”. Respondemos usando esta u otra aclamación de la Iglesia: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! Luego el sacerdote reza por la Iglesia. Reza por los vivos y los muertos. Doxología El sacerdote termina de rezar la Plegaria Eucarística. Canta o reza en voz alta: “Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”. Respondemos: Amén.
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