Para muchos de nosotros, el paisaje invernal parece desnudo. Las hojas caen de los árboles, las flores mueren y el pasto se vuelve marrón. Pero confiamos en que después del invierno, vendrá la primavera y traerá vida nueva. Todos los años, durante la Cuaresma, renovamos la nueva vida de Cristo que recibimos en el Bautismo.
La Cuaresma empieza el Miércoles de Ceniza. El Miércoles de Ceniza, la Iglesia se reúne para empezar nuestro recorrido cuaresmal. Cuando nos ponen la ceniza en la cabeza, escuchamos las palabras:
“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”. – Misal Romano
Durante la Cuaresma, la Iglesia nos llama a participar más plenamente en la Muerte y Resurrección de Jesús. Hacemos sacrificios para lograrlo. Podemos decidir compartir más nuestro tiempo y talentos con los demás. Podemos sacrificar algo que disfrutamos. Deseamos que hábitos de bondad habiten en nosotros. Durante la Cuaresma, nos apoyamos los unos a los otros en nuestras decisiones. Juntos esperamos con ilusión para celebrar la alegría de la Pascua.
¿Qué estamos llamados a hacer durante la Cuaresma?
Palabra de Dios
Elige la lectura del Evangelio de este año para el primer domingo de Cuaresma. Léela y coméntala con tu familia.
Año A
Mateo 4,1–11
Año B
Marcos 1,12–15
Año C
Lucas 4,1–13
A la vista
En nuestra iglesia, vemos señales de que la Cuaresma es una temporada de disciplina. El color de la Cuaresma es el morado, el color de la penitencia. El templo no nos recibe con flores ni decoraciones de colores brillantes. Tampoco cantamos, gozosos, el Aleluya o el Gloria.
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